Mi interés por la nutrición comenzó desde muy pequeña. Al entrenar a tenis seriamente, noté cómo una buena alimentación mejoraba mi rendimiento y cómo una dieta basada en ultraprocesados lo empeoraba.

En 2019, decidí estudiar Nutrición Humana y Dietética. Durante mis estudios, empecé a cuestionar el porqué del aumento de problemas como obesidad, fatiga crónica, ansiedad, patologías digestivas, enfermedades hormonales y trastornos autoinmunitarios entre otros. Concluí que muchos de estos problemas están ligados al estilo de vida actual, caracterizado por trabajos sedentarios, exposición a tóxicos ambientales y estrés crónico. Este estrés dificulta tener tiempo y motivación para cocinar, hacer ejercicio y buscar ayuda profesional, llevando a la gente a recurrir a placeres inmediatos como ultraprocesados y las redes sociales, perpetuando los problemas.

A este estilo de vida se suma la alta disponibilidad de ultraprocesados, la falta de información científica sobre nutrición, la sobreutilización de recursos naturales y el colapso de los servicios sanitarios, contribuyendo a la cronificación de enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo II, las patologías digestivas y los trastornos mentales, hormonales y autoinmunitarios.

Por todo esto, he decidido centrar mi práctica profesional en comprender la salud y la nutrición como un todo, reconociendo la conexión entre nutrición y psicología, ejercicio físico, medio ambiente, sistema digestivo, endocrino e inmune, entre otros. Abordando cada caso con el enfoque de One Health, concepto que reconoce la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental.