Los intolerantes a la lactosa no pueden consumir ningún lácteo.

Seguimos con los domingos de Desmintiendo Mitos de Nutrición, en este post hablo sobre el mito «los intolerantes a la lactosa no pueden consumir ningún lácteo» 🔍❌

¿Qué es la lactosa?

• Es un disacárido (carbohidrato simple) compuesto por glucosa y galactosa.
• Posee poco poder endulzante.
• Sólo se produce en la glándula mamaria de los mamíferos.
• Es el único carbohidrato presente de forma natural en la leche.
• Su concentración en los lácteos suele rondar los 4,5-5 g/100 g de producto.
• Los productos que tienen mayor contenido de lactosa es porque se les ha eliminado parte del agua y se han concentrado todos los solutos, como la leche evaporada, la leche en polvo, la leche condensada…

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

• Es la incapacidad del organismo para degradar la lactosa en glucosa y galactosa.
• La lactosa se degrada en el intestino en glucosa y galactosa gracias a la acción de la lactasa, que es una enzima que se localiza en el borde en cepillo de las células epiteliales del intestino delgado.
• Como la leche materna es el alimento esencial de los neonatos, estos presentan gran actividad de la enzima lactasa dado el elevado contenido de lactosa de la leche materna (7 g/100g).
• Sin embargo, sólo 1/4 de la población posee actividad persistente de lactasa tras la lactancia.
• Esto se debe principalmente a que en la mayoría de las poblaciones, el consumo de leche tras la lactancia materna no es algo habitual, por lo que genéticamente no expresan el gen necesario para producir lactasa a partir de los 2-3 años de edad.

¿Cuáles son las causas principales?

• Mutación en el gen lactasa que hace que se exprese con poca o nula actividad, existiendo casos aislados (principalmente en Finlandia). Se trata de una enfermedad rara, de nacimiento y no recuperable.
• El envejecimiento empeora el funcionamiento de todos nuestros sistemas, entre ellos el sistema digestivo, que va perdiendo capacidad de producción de enzimas, como la lactasa. Por eso es tan común la intolerancia a la lactosa conforme cumplimos años. No obstante, su expresión depende de polimorfismos y factores epigenéticos. Se trata de la causa de intolerancia de lactosa más común.
• Causa secundaria de un daño producido en el epitelio intestinal que disminuye la producción de lactasa. Como puede ser la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria intestinal, infecciones…

¿Qué alimentos se pueden consumir?

• Por lo general, a excepción de las personas con una mutación primaria en el gen lactasa, se suelen tolerar hasta 12,5 g lactosa por ingesta y hasta 20-24 g lactosa al día. A partir de 24 g lactosa por ingesta o 50 g lactosa al día, se aprecian numerosos síntomas.
• Por tanto, se debe valorar la tolerancia individual y en base a eso y comprobando el contenido de lactosa de cada alimento, se podrá saber qué alimentos se pueden consumir y en qué cantidades.
• Los productos fermentados, como los quesos semicurados y curados, los yogures y el kéfir, contienen menor contenido de lactosa (entorno a 3-4 g/100g), dado que la fermentación conlleva la degradación de la lactosa por parte de los microorganismos. Este menor contenido de lactosa sumado al efecto beneficioso sobre la digestión que ejercen los microorganismos probióticos, mejora enormemente la digestibilidad de estos productos. De ahí que la mayoría de personas los toleren mejor.

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Recientemente, ha ganado popularidad el consumo de productos «sin» lactosa, debido a la creencia de que esta genera inflamación.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, especialmente en España, donde la prevalencia de la intolerancia a la lactosa se estima alrededor del 30% (dependiendo de la comunidad autónoma), esta condición suele ser secundaria, producto del envejecimiento o de la reducción del consumo de productos con lactosa.

Lo normal es que la ingesta de lactosa no cause síntomas digestivos. Si esto ocurre, es importante investigar la causa de la intolerancia y evaluar la tolerancia individual.